Llegas a tu casa del trabajo y comienza a llover. Cenas algo, intentas relajarte, quizá te bañas y te metes a tu cama esperando dormir para poder levantarte al día siguiente sin tanta pesadez (porque apenas es martes). Cierras los ojos: esa es la señal inmediata que tu cerebro esperaba para comenzar a lanzarte preguntas a toda máquina: Si se me pierde un lente de contacto en el ojo, ¿me puede llegar al cerebro? ¿Qué es normal? ¿Qué es salud? ¿Cómo puedo saber si soy bello? (Piensas en Laura, la de la ofi, o bien en tu instructor de kick-boxing.) Si no tengo hoyuelos, ¿me los puedo hacer? ¿Por qué tengo terribles antojos nocturnos? (Vas por el frasco de Ben & Jerry’s que tienes en el congelador desde hace tres días y decides que es buen momento de terminártelo.) ¿Estamos hechos para comer carne? ¿Qué pasa con el peso cuando “se pierde”? ¿Por qué los hombres tienen pezones? ¿Qué tan grande es el clítoris promedio? ¿Me puede dar sífilis por tener sexo oral? (Vuelves a pensar en Laura, la de la ofi, y en el instructor,) ¿Qué pasará con mi cuerpo cuando muera? (Ahora piensas en tu jefe.) ¿Qué causa cáncer? ¿Es inevitable envejecer? ¿La vida dura lo suficiente? ¿Realmente existe el punto G? (Vuelves a inspeccionar tus dudas mentales acerca de si tus conocidos nada más alardean a la hora de hablar de su desempeño y satisfacción sexual o si será verdad lo que pregonan en las reuniones en el bar… ¿De verdad eres el raro? ¿O será que no hay nadie honesto en ese terreno?) ¿Por qué los penes parecen penes?... Zzzzz… Y tu cerebro pasó al reino de Morfeo. Quizá sueñes con tus propias inseguridades, o quizá descubras, en sueños, que todos estamos hechos de lo mismo y que tenemos las mismas preguntas constantes: James Hamblin, doctor, periodista y editor, te las responde en este libro dotado de humor, lucidez y atrevimiento al llamar a las cosas por lo que realmente son. De una ligereza y profesionalismo descomunales, este es un libro en el que una pregunta lleva a la otra, y a medida que crees que ya sabes el porqué de tu comezón crónica o por qué no soportas ciertos sonidos (te dan ganas de matar al que los produce, mientras todos creen que hay algo mal contigo, pero Hamblin te explicará el concepto de “misofonía”), seguirás preguntándote cuestiones incluso más profundas. Esto te llevará a pensar si de verdad vale la pena alcanzar una posibilidad de vida de 1,000 años por persona, o en qué reside la ética de la existencia humana hoy en día: ¿debemos seguirnos reproduciendo al ritmo que vamos? ¿Es imprescindible la industria ganadera o está matando nuestro ecosistema a un ritmo agigantado? ¿Por qué unas veces tus mocos son amarillos y otras verdes? Pregunta a pregunta resuelta, estás ante un libro que no podrás soltar (quizá ése se convierta en tu nuevo insomnio, pero te hará sentirte acompañado, como si platicaras con el autor, en vez de los amigos Ben y Jerry.) Llorarás, reirás a carcajadas y te amarás a ti mismo más que nunca. En una era en la que el mundo se esmera por dar respuestas inmediatas y al aventón, Hamblin honra a la pregunta por la pregunta misma, puesto que es allí en donde radica la profundidad del autodescubrimiento.